En Paris, bajo el alero de una familia obrera nació
Fritz Karl Watel, conocido como François Vatel, el mismo creador de la
crema chantilly, y personaje en el cuál se inspiró la Película llamada Vatel.
El Gran Vatel, como lo nombraban los más cercanos,
descubrió esta nata montada con azúcar, que hoy conocemos como “Crema Chantilly”, esto luego de mejorar
una antigua receta de crema batida, mientras trabajaba como maestro de
ceremonias en el Palacio Chantilly. Dicen que fue por casualidad (como muchas
veces pasa en la cocina), y como medio de reemplazar las claras de huevo en una
preparación.
Su inquietud por la cocina comenzó cuando trabajaba
como aprendiz en casa del repostero Jehan Heverard, pero su oficio se consolidó
en manos de Nicolás Fouquet, quien trabajaba en el palacio de Vaux-le-Vicomte,
y tras asumir el cargo de Superintendente de Finanzas por el cardenal Marazino,
regente de Luis XIV, nombró a Vatel como su maestro de ceremonias.
Su labor como maestro de ceremonias en el palacio,
era mucho más que organizar y preparar grandes fiestas, su trabajo era
minucioso y muy delicado. Así, lo hizo hasta que Fouquet, fue sacado de su
cargo por cometer ilícitos en el reino, y con gran temor por lo sucedido Vatel huyó
a Inglaterra, donde se encontró más tarde con Gourville, quién convenció al
príncipe Luis II de Borbón-Condé, para que contratará a Vatel en su palacio de
Chantilly.
François Vatel, estuvo durante varios años en el Palacio
Chantilly como encargado de las compras y abastecimiento del castillo, todo esto
hasta que el Príncipe Condé, decidiera organizar una gran fiesta para aliviar
las tensiones que había dejado la rebelión en contra de Luis XVI.
La fiesta que debía organizar Vatel, debía tener
una duración de tres días, desde la
noche del jueves hasta el sábado. En la gala, el maestro de ceremonias (Vatel)
debía esforzarse al máximo para elaborar distintos y lujosas presentaciones de
menús, y con esto, conquistar nuevamente la confianza del Luis XVI con el reino
de Chantilly.
Vatel, se conocía por ser muy perfeccionista, de
cocina ostentosa y muy exagerada, donde era más importante el espectáculo que
rodeaba la comida, que la comida misma. Tras esta presión por elaborar el espectáculo
de los tres días, Vatel enloquecido por el perfeccionismo de aquel banquete, y
tras algunos inconvenientes con los ingredientes del menú decidió suicidarse. Uno
de sus ayudantes lo encontró muerto con una nota que decía: “La
vergüenza es muy difícil de soportar”.
De este gran pastelero-cocinero nos queda la
belleza de su arte, como por ejemplo, el cuidadoso y maravilloso trabajo del
caramelo, que sin contar con las herramientas que tenemos hoy, lo trabajaba y
moldeaba con la técnica del soplado de botellas.
Además, podemos comentar que fue uno de los
primeros “productores de eventos” de la historia, ya que no sólo se
preocupaba de las preparaciones, sino también de todo lo que las rodeba,
preparando eventos que usaban fuegos artificiales, orquestas, esculturas de
hielo y mantequilla.
Esta historia no sólo ha sido plasmada en el papel
con el legado de la crema chantilly, sino que también ha sido perpetuada en la película que lleva el nombre Vatel de Roland Joffé, con el actor Gérard Depardieu interpretando el
papel principal de Francois Vatel.
Finalmente, historiadores aseguran que Vatel no se
suicidó por la presión del evento, que debía preparar para agasajar al reino de
Luis XVI, sino, que se quitó la vida por amor, ya que había posado sus ojos en
la preferida del rey con quien no podía competir. Pero, nada de esto se ha
podido comprobar…
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